¡Se podían llevar apuntes!
El protagonista de la película tenía que tatuarse el cuerpo para recordar el pasado próximo olvidado con rapidez a causa de una extraña enfermedad. La ministra Chacón necesita -al parecer- recordar cuatro cosas, y para ello nada mejor que imitar a Leonard el olvidadizo y tatuarse una chuleta en la mano, ¡ojo!, con tinta deleble. Chuletera, dice ella que es; o sea, filochuleta (no confundir papelito con atributo personal). Lo tonto del caso es que, en el exámen, se podían llevar apuntes. ¿Será por eso que la candidata repite tanto el mismo discurso?
2 comentarios:
Pues, ya ves, hemos coincidido en el personaje; en mi blog también he escrito de la niña chuletera.
Sí, lo del doble embarazo me ha parecido muy ocurrente y pertinente.
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