01 febrero 2008

Consolas, libros y nuevos partidos



Este exquisito artículo del profesor medievalista de la Universidad de California (Berkeley), Jesús Rodríguez-Velasco, me ha alegrado enormemente. El lanzamiento de un libro sobre este gran poema épico me llena de emoción, es evidente que soy un forofo del Cantar, como puede observarse por el enlace que tengo en la izquierda de la bitácora (os recomiendo una ojeada a ese portal, encontraréis el poema al completo escaneado y reproducido en paleográfico, normativo e inglés, además podréis escucharlo en castellano antiguo, en fin una delicia de página de la University of Texas at Austin).

Comienza el profesor su artículo así: "Hasta el verso sexto del Cantar no sabemos quién es el personaje que, llorando, vuelve la cabeza para observar los restos de un hogar desolado. Ese intenso principio, con Rodrigo Díaz alejándose de Vivar, es un milagro literario. La belleza de los versos iniciales, el modo en que se resuelven en el suspiro del Cid, irguiéndose sobre el caballo camino del destierro, nos avisan de que nos encontramos ante una pieza artística de primera categoría. La obra de un poeta..." y estoy completamente de acuerdo con él, en conjunto la obra es de una belleza suprema, su inicio, fragmentado como sabemos, nos conmueve, a la vez que rezuma una hermosura insuperable.

Sólamente oscurecen mi ánimo los densos nubarrones que, como de pasada, menciona Rodríguez-Velasco: "...aclaran el sentido de una lengua que hoy va haciéndose cada día más difícil, gracias sin duda a los esfuerzos de nuestros sistemas educativos...". Un sistema educativo que está empobreciendo la calidad y los conocimientos -no ya sólo de la Lengua- de una juventud, por otra parte, más dada a las consolas y la tele que a los libros.
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No he leído el libro, así que no puedo opinar, pero conociendo los antecedentes (la escritora publicó en catalán Jo també soc catalana en 2004), me asaltan muchas dudas. Es que, sobre los que deciden en Cataluña, nunca suelo pensar que serán imparciales; defectillos que tiene uno.
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Maragall no consigue apoyos para su partido. Cuando se quiere introducir en el cuadrilátero un nuevo partido y los renombrados no te apoyan (prefieren lo malo conocido que lo bueno por conocer) se acaba fracasando, como le ocurrió al sr. Roca. Para que un nuevo partido tenga posibilidades de colarse en esa lucha-libre, donde todo vale, tiene que construirse por abajo, una buena base de afiliados y simpatizantes con ilusión y confianza en las ideas es imprescindible, aún así, la dificultad es tremenda y casi nunca se consigue. De ahí la inmensa alegría que supuso el 1-N para muchos catalanes, en los que me incluyo. ¡Toma tres, TV3!

1 comentario:

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

¿Hablas de El Cid, ese héroe catalán, hasta que el devenir de los tiempos lo tranformaron en héroe castellano? ¿Te refieres a él?

Lugar: Barcelona, Spain