31 octubre 2007

El rosario



Mi especialmente querida G. suele decir: "Para luchar contra el nacionalismo, yo, no voy con cualquiera". Le respondo; hay quien prefiere emular al pirata de Espronceda y, con tal de sacudirse -como un bravo- el yugo del esclavo, se alía hasta con el diablo, aunque después -una vez librado del tedioso nacionalismo- tenga que rezar unos cuantos rosarios para alejarlo. Acabar rezando un rosario (las penitencias caducan) es mejor que acabar como el Rosario de la Aurora (no tiene vuelta atrás).

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Lugar: Barcelona, Spain