El festín

-El objetivo: Que no se hable. No les demos más cancha, vale más no menearlo.
-La estrategia: ¡Qué pesadez!¡qué aburrido!.
Han cambiado los insultos por la soberbia y el menosprecio. ¿Nerviosismo?.
Pero no se engañen los protagonistas del festín y las prebendas, si a ellos les cansa que les recuerden sus privilegios, a los inadaptados, les espolea su estudiada indolencia.
Reparar esta injusticia merece la misma constancia, que tuvieron los negros y las mujeres, de principio del S. XX, para liberarse de sus opresores. Y lo consiguieron, o en camino están.
Por eso, beneficiarios, cárguense de paciencia; los desfavorecidos no han hecho más que, con machacona insistencia, comenzar a exigir sus derechos y participar del ágape: ¡comiendo, no sirviendo!.
¡Rectificar es de sabios!. No lo olviden.
1 comentario:
Más de sabios es no tener que rectificar: a cada cual lo suyo. Es cosa de identidades.
Puedo recordar a quien quiera que yo también llevo orejeras y, hasta como ellos me jacto... Si seré....
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