El Parador de Alarcón
Cortesía de Muyseñoresmios.No hace mucho pude disfrutar de una estancia en el magnífico Parador Castillo de Alarcón.
Se contruyó el castillo a finales el S.XII sobre una fortaleza árabe (una vez tomada por las tropas de Alfonso VIII) de la que no quedan más que algunos cimientos y un aljibe que recuerdan y certifican su orígen sarraceno. Su fama de inexpugnable se debe a la impresionante orografía de la zona, varios meandros sortean sinuosos (hoces del Júcar) unas colinas y, en una de ellas, prácticamente rodeada por el río excepto en una estrecha franja se ubican, estratégicamente situados, el castillo y la población; consecuencia de esto es la dificultad que tuvo el octavo Alfonso para su conquista: nueve meses de asedio según cantaban los bardos -un parto, ¡vaya!- es lo que le costó al rey castellano-leonés la hazaña. Poco más tarde en 1211 se planeó, aquí, la alianza de reyes cristianos y los preparativos que culminaron con la victoria, sobre la huestes de Amir ul-Muslimin (el Miramamolín de las crónicas), en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212.
En el S.XIV, con el advenimiento del Infante Don Juan Manuel como titular del marquesado de Villena, devino aposento e inspitración del noble letrado. Se dice que la obra de cuentos moralizantes 'El Conde Lucanor', del Infante, se escribió en las salas del castillo. Precisamente unos días antes de la estancia en el parador había acabado yo la lectura del 'Libro de Patronio', como también se le conoce. Agradable e inesperada coincidencia.
Si D. Juan Manuel tuvo la inspiración para sus cuentos del Conde y Patronio en esta magnífica atalaya -tal como afirman en el parador- a mí me rozaron las alegres 'musas gastronómicas' cuando, sabiamente aconsejado por ellas, pedí en el restaurante del castillo una degustación de platos típicos conquenses fríos y calientes que, si no nos volvieron locos, poco faltó. Nada mejor que la buena lectura, los majestuosos paisajes, la excelente vianda y la cálida compañía para aposentar el espíritu y descargarlo de innecesarias y demoledoras tensiones. Así fue.Degustación.
21 comentarios:
Eso, eso, zarajos y dejémonos de zarandajas.
Oye, que estaban buenísimos, y el morteruelo y todo lo demás, así como te lo digo. Tú lo sabrás bien, además, que creo que tienes en tu casa alguien de la zona...
Lo que sí te digo es que esa foto en gallumbos desmerece; como he descubierto la original, te la he enviado vía mail.
Agradecido. Y ya que el original siempre es mejor que la copia, lo añado sin más miramiento...
Oye Pollo!!!!
Cuando haces estas escapaditas no podrías adoptarme...? Más que nada por la moraga lo digo. Venga hombre, comentaselo a tu mujer que seguro que no pone pegas.
Un abrazo.
P.D. En mi casa, encantadas de que me ausente una temporadita...
Sergio.
¡No faltava más! Adoptado quedas.
Uhmmm...paro mientes... ¿y si las escapaditas las hacemos los dos solos? Por la moraga, más que nada...
En fin, que un gazapo lo tiene cualquiera.
Faltaba, faltaba, faltaba, faltaba, faltaba, faltaba,
Faltaba, faltaba, faltaba, faltaba, faltaba, faltaba,
Faltaba, faltaba, faltaba, faltaba, faltaba, faltaba,
.
.
.
Imperdonable, lo sé, oigo las risas y les aseguro que no hace falta tamaño escarnio...
Muy propio, muy propio...
Qué ilusión que hayas visitado el lugar de origen de mis antepasados, desde 1450 que yo sepa, hasta hoy. Supongo que habrás visitado El Picazo, a unos 6 Km., siguiendo las hoces del río hacia el sur. Los zarajos están ricos pero ya veras cuando pruebes las almortas.
¡Venga ese abrazo hombre¡, por haber ido a un lugar de la manchuela, del cual, si quiero acordarme.
Un saludo
Macho, te pusiste "morao" ¿eh?
Sí, me he reído con la "v" de "faltava", yo he sido una de tantos, jajajja.
Por último: Juanito, tendrías que haberle puesto un casco, ¡que la gorra no pega ni con cola con la armadura hombreeeeeeee! Seamos profesionales por favóooooo.
Besos :)
Hola Jefe Rojo, pues si las almortas están la mitad de buenas que lo demás, me quito la gorra.
Pues me fuí a la capital y luego al nordeste, a la Ciudad Encantada y al nacimiento del río Cuervo, ¡cosa más preciosa! y más tarde a Toledo. No pase por el castillo de Belmonte ni por El picazo, pero es posible que repita.
¡Venga el abrazo!
Tortuga, ¡no si ya! menos mal que me he dado cuenta antes del recochineo, eso me pasa por ir deprisa y no fijarme en lo que tecleo. Os he oido a todos las risas burlonas, a tí la primera. ¡Jodíos!
Es que el MSM no es que sea muy profecioná que digamos...
Por cierto. Cuanto hace que no comes pulpo seco...?
Vaya un aguileño...!
¡Hace muuuuucho! pero te advierto que me sigue gustando igual. Ese saborcito un tanto salado, ese olor, uhmmm! cierrtamente es un manjar, de los que hay que comer rápido sin esperar que se enfríe, de lo contrario se comete grave error que acaban pagando las muelas. Pues sí, ¡vaya un aguileño!, aunque en mi descargo tengo que decir que pasé el año pasado por allí, por cierto ví a tu tío Rober, y pude comerme unas morcillitas con empanadas en casa de la tita Patiti y unos pasteles de carne que me quitaron el sentío.
En mi descargo: Es que no se merece mucho más.
En mi cargo: ¡Hostia, la de tiempo que hace que no como yo tampoco el pulpo seco!
Ah! pero conoces el pulpo seco? La verdad es que es digno de ver, tendidos al sol como ropa lavada, estirados con unas finas cañas para que el sol lo seque por todos lados igual. Un espectáculo!
Un verano, a mi padre le ofrendaron un pulpo fresco sus amigos los pescaores y lo puso a orearse en la terraza de mi abuela Maria. Una noche de jarana de la buena y con dos o veinte cervezas en lo alto, mis amistades y yo mismo decidimos cogerlo prestado para desayunar, en la casa en el campo, de una, que conocimos esa misma noche. Nos la vimos y nos las deseamos para brincar la pareta, incluso nos desoyamos las manos y rodillas, pero el desayuno con vino "del tio del puro" incluido (lo conoces?)fue de pelicula. Por cierto llevaba las llaves de casa de mi abuela en el bolsillo.
No esperaba menos de tí, Sergio, una buena calaverada, por una buena comida, es imprescindible. Nunca mejor dicho, prestado, la intención es devolverlo, pero es harto difícil una vez comido. Joder 'pareta' qué palabra aguileña tan entrañable, hacía la hostia que no la oía. No conozco el vino del tío del puro, pero a buen seguro que pegaba con el pulpo.
Un abrazo.
Conozco el pulpo seco y su olor; olor que comparte el pobre con otros emisores.
En Valencia -que tampoco está tan lejos de tu tierra- también lo consumimos así. Bueno así y de otras maneras muy parecidas a las que os gastáis por esas otras tierras levantinas.
Entonces sabrás de lo crítico que es el momento justo de comerlo, pues si te demoras un poco y se enfría lo suficiente, te puedes quedar sin dientes. ¡Pero está de rico si se engulle en el momento justo!
Veo que eres un gran comdor de pulpo seco y similares.
Publicar un comentario