30 diciembre 2008

Cowboy de media noche

Aprovechando que Jon Voight cumple 70 años...


El gigoló y el lisiado. Dos personajes al margen, unidos por el vínculo de la amistad y el fracaso. ¡Qué excelente película de Schlesinger! Dura, descarnada, emotiva. Todo un alegato en pro de la amistad, la verdadera, la que se manifiesta de forma rotunda y altruista en los momentos difíciles, y de la solidaridad auténtica, sin fisuras. Demuestran, tanto el tejano como el neoyorquino, una ética interpersonal (la que los relaciona a ambos, exclusivamente) enorme, que los redime, de alguna manera, del tipo de vida que, hasta cierto, punto han elegido. La visión cómico-grotesca de una realidad que sustenta profundos dramas personales -a menudo ignorados- es, precisamente, el fondo trágico de la obra. Retorna la amistad y la 'solidaridad'. Oscar a mejor película, mejor director y mejor guión adaptado, del año 1969 (¡y de 2008!).

12 comentarios:

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Gran película, sin duda, de las que no envejecen. Supongo que recordamos las películas por aquello que más nos impacta, y siendo muy de destacar todo lo que tú apuntas, a mí, lo que más se me ha quedado -debo de ser de un masoca que ya, ya...- es ese puto que todos somos en algún momento de nuestra vida, que creemos que nos vamos a comer el mundo, hasta que descubrimos que será la tierra la que se nos tragará a nosotros. Claro que tampoco es obligatorio que todos y cada uno lo descubramos, supongo que Zapatero y Rivera no lo descubrirán nunca. Peor para ellos.

A. Sánchez dijo...

Pues sí señor (emulo a Vázquez, el jeta entrañable)yo también me quedo con el retorno a la realidad del vaquero o cura de humildad, que tanto da en este caso, pero la lección que nos da al final es digna de aplauso...

TortugaBoba dijo...

Tendré que ver la peli otra vez, porque no me acuerdo de nada me temo...

A. Sánchez dijo...

No te arrepentirás tortuga, yo pienso hacerlo en cuanto pueda, y eso que me acuerdo perfectamente, sobre todo de los casos tan astracánicos que le ocurren al gigoló en sus funciones de vividor del sexo.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Para que luego digan que el chocolate refuerza la memoria... amos, anda...

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

¡Joder, con el nuevo Góngora: "tan astracánicos que le ocurren al gigoló en sus funciones de vividor del sexo", pa' decir puto!

(Voy a desmayarme un rato, luego vuelvo!

A. Sánchez dijo...

¡Mecachis!, MSM, ya te he puesto una entrada en donde ahorro palabrería y dejo la retórica para otros momentos menos directos, y uno de esos es éste, donde se eleva el circunloquio a estados de desatino mayúsculo...

TortugaBoba dijo...

:):)
¿Cuánto duró el desmayo? Enga p´arriba hombre yaaaaa... Que hay que comerse las uvas o las fresas :P

A. Sánchez dijo...

No te olvides tortuga, lo que sea, pero bañado en chocolate...

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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