Simplemente son adoctrinados

Lo explica magistralmente el diputado de C´s, Antonio Robles, en su artículo 'Fore Rates de Catalunya' y su vivencia, igual que la de los que le acompañaban, me lleva a recordar una situación similar.

Estaba con mi mujer y mis dos hijos en la concentración de apoyo a Elvira Lindo en Pza. Sant Jaume, después de recibir toda clase de insultos y una vez acabado el acto, nos retiramos a través de un cordón policial de mossos que nos protegieron durante la evacuación de la plaza. Íbamos, los cuatro, caminando por los alrededores de la Catedral, comentando lo sucedido, cuando un grupo de unos siete u ocho jóvenes de entre 20 y 25 años, nos reconocieron y nos interceptaron. Inmediatamente comenzaron a increparnos dando voces (nadie salió en nuestra ayuda). Nos defendimos tratando de hablar y hubo un momento que comenzó a remitir el acoso al que estábamos sometidos para dar paso a un conato de diálogo, que se truncó cuando uno de ellos dijo, mirándonos con odio y apuntándonos con el dedo a modo de pistola, si tuviera una os daría un tiro (en catalán). Subió entonces la tensión del ambiente, algún empujón y palabras fuertes, por ambos bandos (no lo voy a negar). No sé como pudo acabar la cosa sin más daño que un escupitajo en la pata del pantalón de mi mujer, pero así fue.

Cuento esto para apoyar lo expuesto por Robles y denunciar la educación, en el odio, que han recibido estos jóvenes -por los que habría que sentir pena- por parte de gentes con pocos o nulos escrúpulos. Se explica la situación perfectamente en la película 'La ola' del director Dennis Gansel, basada en el experimento que realizó, en clase, un profesor de Carolina del Norte para reproducir las técnicas del Nazismo. La democracia no se estudia, se tiene que vivir, dice Gansel. Los jóvenes que agredieron a Robles y demás compañeros y los que escupieron a mi mujer, ni estudian ni viven la democracia, simplemente son adoctrinados.