17 septiembre 2008

Parece que pensaban en él

En la incipiente democracia ateniense, allá por los años de Pericles, era comunmente aceptado que cualquier ciudadano libre, podía ser funcionario -incluso jefe militar- sin ningún tipo de preparación especial, justo al contrario que para ser artesano, donde los requisitos impuestos para serlo eran en extremo rigurosos, tanto, que era sancionable que una persona no cualificada en un oficio cumpliera las funciones del mismo. Esta situación era interpretada como muy desaconsejable por Sócrates, quien se afanaba en convencer a sus paisanos de tamaño disparate. Sus argumentos eran los siguientes:

"¡Oh, Calias! Si tus hijos, en vez de tales, fueran potros o terneros, tendríamos a quien tomar a sueldo para que los hiciese buenos y hermosos con la excelencia que a aquéllos les es propia; y sería algún caballista o campesino. Pero, puesto que son hombres, ¿a quién piensas tomar por encargado de ellos? ¿Quién hay que sea entendido en tal ciencia humana y ciudadana?" (1).

Con este razonamiento Sócrates pretendía explicar las bondades de ser experto en ciencias humanas y ciudadanas para poder optar a determinados cargos públicos, en lugar de como se venía haciendo en Atenas, donde se asumía que cualquier ciudadano libre -artesano o de profesión liberal- tenía las aptitudes necesarias para ocupar cargos públicos de trascendencia, sin más.

Su discípulo, Platón, recoge estos pensamientos socráticos para expresar: "Se prohíbe [en Atenas] a un zapatero que sea, al mismo tiempo que zapatero, labrador, tejedor o albañil; ¿cómo puede permitirse que un labrador o un zapatero o cualquier otro artesano sea juntamente hombre de guerra si aun no podría llegar a ser un buen jugador de dados quien no hubiese practicado asiduamente el juego desde su niñez? ". (2)

Pues bien, parece como si los dos filósofos hubieran estado pensando en nuestro presidente Zapatero, en cuanto que no ha estado a la altura que de su magistratura se esperaba. Durante su mandato, el enfrentamiento y desafección entre españoles ha llegado a su máximo histórico desde 1978. Lastimoso legado (a largo plazo, que estas cosas no se aprecian cercanas) nos puede dejar si no endereza el rumbo de su política territorial e institucional.

(1) Extraído de Introducción a 'La república de Platón' Manuel Fdez.-Galiano.
(2) Ibídem.

4 comentarios:

Pantagruel dijo...

En su primer mandato Zapatero era humilde, apenas se creía lo que le había pasado, y eso le hizo parcialmente prudente. Hacia el final de ese mandato, y ahora en su segundo, se ha engreído, pretende controlarlo todo, y oculta su vacuidad bajo un tono cada vez más innecesariamente solemne, bajo una mirada aparentemente reflexiva que apenas oculta lugares comunes. Antes se las daba de sincero, ya ni eso. Esto no quiere decir que prefiriese a los otros...

A. Sánchez dijo...

En eso te doy la razón, pero mi problema es que los míos me han defraudado y, claro, mi desánimo no es menor porque los otros sean peores, sino porque los que debieran hacerme tilín, me hacen tolón, tolón...

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Sin duda,Ángel, los tuyos son la vaca lechera, aunque no te dieses cuenta antes... no te preocupes que alguna mosca matarán con el rabo, pero poco más.

Pantagruel, pues yo, si me pongo a pensarlo, sí prefiero a los otros, porque eso quiere decir que los que están, ya no estarían. No creo que fuesen peores, etiquetas aparte.

Pantagruel dijo...

Yo, los otros, en fin... mientras no sean de nuevo Aznar, Aceves y Zaplana,... o alguno más de esa cuerda, en fin... Sobre todo Aznar. No me gustaría que me recriminara y me amenazara nunca más con las gafas en la mano y el bigote bajo la nariz, como hacía antaño, cuando comenzó a enloquecer -políticamente-.

Lugar: Barcelona, Spain