Predicar y practicar
Leo en la prensa de hoy, 'Misma generación y diferentes estilos': "...Siempre estilosa con su asimétrico corte de pelo, la mujer de Zapatero viste firmas internacionales que no bajan de los 1.000 euros por prenda que Benarroch vende y que componen casi la totalidad de su guardarropa. En su armario guarda jerséis de cachemir de Loro Piana, vestidos de la alemana Jil Sander y de Dior; bolsos y manoletinas (su zapato favorito) de Walter Steiger; delicadas pamelas de Philip Treacy... Y joyas, sus preferidas, las diseñadas por Felipe González que Benarroch vende en su tienda. A veces lleva modelos del diseñador David Delfín, a quien un día el PSOE tildó de misógino...".
Tiempo ha que me dedico a reflexionar sobre los ricos, los inmensamente ricos, que dicen que son de izquierdas. Presidentes de grupos de comunicación líderes mundiales, primeros espadas de radio y T.V., famosos de la cultura, cine, música, etc...Defensores de la igualdad y la justicia a ultranza y que, a la vez y sin recato, ostentan su riqueza.
Creo en la superioridad moral de la izquierda, pero no creo en esos personajes y, menos aún, en que sean sus voces las más idóneas para defender esa superioridad moral.
Dice X. Pericay: "...la contradicción entre unos preceptos ideológicos basados en el altruismo y una practica social donde predomina, en un grado u otro, el interés particular. ¿Cómo se puede compaginar, en efecto, la defensa programática de la igualdad y la justicia redistributiva con la libertad de enriquecerse?¿Cuál es el punto de contacto entre las bondades del corazón y las del capitalismo?¿Cómo se ha de hacer para tener la conciencia tranquila y el bolsillo lleno? Pues separando muy nítidamente el campo de los hechos del de las ideas. O sea, proclamando que otro mundo es posible -hasta si muchos de los presupuestos ideológicos en que descansa una tal proclama han acabado en el más estricto fracaso cada vez que ha habido ocasión de aplicarlos-, pero cuidándose mucho de vivir en ese mundo. Y vivir la mar de bien". En otras palabras, el análisis certifica el aforismo que siempre hemos aplicado al clero, haz lo que yo diga pero no lo que yo haga.
En cierto sentido la derecha es menos hipócrita que algunos sectores de la izquierda, pues aquella defiende su sistema, el que les hace vivir bien, y éstos, predican el suyo y practican el otro.
Tiempo ha que me dedico a reflexionar sobre los ricos, los inmensamente ricos, que dicen que son de izquierdas. Presidentes de grupos de comunicación líderes mundiales, primeros espadas de radio y T.V., famosos de la cultura, cine, música, etc...Defensores de la igualdad y la justicia a ultranza y que, a la vez y sin recato, ostentan su riqueza.
Creo en la superioridad moral de la izquierda, pero no creo en esos personajes y, menos aún, en que sean sus voces las más idóneas para defender esa superioridad moral.
Dice X. Pericay: "...la contradicción entre unos preceptos ideológicos basados en el altruismo y una practica social donde predomina, en un grado u otro, el interés particular. ¿Cómo se puede compaginar, en efecto, la defensa programática de la igualdad y la justicia redistributiva con la libertad de enriquecerse?¿Cuál es el punto de contacto entre las bondades del corazón y las del capitalismo?¿Cómo se ha de hacer para tener la conciencia tranquila y el bolsillo lleno? Pues separando muy nítidamente el campo de los hechos del de las ideas. O sea, proclamando que otro mundo es posible -hasta si muchos de los presupuestos ideológicos en que descansa una tal proclama han acabado en el más estricto fracaso cada vez que ha habido ocasión de aplicarlos-, pero cuidándose mucho de vivir en ese mundo. Y vivir la mar de bien". En otras palabras, el análisis certifica el aforismo que siempre hemos aplicado al clero, haz lo que yo diga pero no lo que yo haga.
En cierto sentido la derecha es menos hipócrita que algunos sectores de la izquierda, pues aquella defiende su sistema, el que les hace vivir bien, y éstos, predican el suyo y practican el otro.
3 comentarios:
Espero que no te moleste, porque he puesto una entrada con vínculo a esta tuya; ya que me ha parecido oportuno, pues está en la misma línea de una que he publicado en mi blog.
Paso raudo a leer tu blog...
¡Paradojas que tiene la vida!
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