El futbolín

Como en ese juego de nuestra adolescendia -y no tanto- en que se manejan los jugadores con la habilidad de las manos, se ha manipulado a esos benjamines. El nacionalismo quiere abarcarlo todo, desde el terreno de juego (patrio, por supuesto) al mango del futbolín, aunque los pinchados en la varilla sean niños de ocho años.
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