La paradoja
ETA amenaza, extorsiona y mata. Mientras sucede esto el nacionalismo radical pide, sin recato, libertad. --¿Libertad, para qué?-- le decía Lenin a cierta persona.
Y digo yo:
¿Para qué quieren libertad si son esclavos de su pensamiento?.
Paradójico; pero aplicable genéricamente a todos los nacionalismos...
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