05 abril 2006

Poder real, poder republicano.


Dice la leyenda, que Ramiro II de Aragón, para atajar la rebeldía de algunos de sus nobles, pidió consejo al que había sido su maestro en el monasterio frances de S. Ponce de Tomeras, éste acompañado del emisario de Ramiro, se dirigió al huerto del monasterio y cortó todas las coles que sobresalían del resto.

Por todo comentario le dijo al mensajero, que contara a su rey lo que había visto.

Entendido el mensaje, Ramiro convocó Cortes en Huesca, con la excusa de fabricar una campana tan grande, que su repique alcanzara a todas las poblaciones del reino. A medida que los nobles iban entrando en la sala del palacio, el verdugo decapitaba a los levantiscos, como quien corta coles (no precisamente de Bruselas).

Con las cabezas Ramiro construyó la famosa Campana de Huesca, como símbolo de lo que ocurriría a todo aquel que osara cuestionar el poder real.

La historia de Ramiro El monje, me recuerda lo sucedido a algunos funcionarios de la Administarción catalana, que recibiendo la famosa carta del Secretari Nacional d'Organització i Finances de ERC, han tenido la audacia de cuestionar el poder republicano.

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Lugar: Barcelona, Spain