La Nación Preambular.

Podría tener esta lectura: Nación que principia o comienza. O esta otra : Nación que se queda en eso.

Previsiblemente, tendremos que soportar algo más de dos meses, las monótonas cantinelas de unos y otros, tratando de convencer a sus partidarios, mayoritariamente, que la lectura que ellos realizan es la correcta.

Tiempo tendrán de definir los expertos en leyes y derecho, si el preámbulo es constitucional y tiene valor jurídico, o no, pero el problema no se resuelve, se parchea.

Dentro de un futuro, no muy remoto, parafraseando a Becquer ...Volverán las oscuras golondrinas, o a McArthy ...Volveré (con toda la flota, por supuesto), los tendremos de nuevo, incansables, vacunados contra el desaliento y más combativos que nunca, reclamando la otra mitad del salchichón o del espetec, que también es de ellos, ¡ cómo no !.

Las dos lecturas convergen; para unos es sólo el principio y para los otros ha de comenzar. En la Nación Preambular el nacionalismo gana, los demás perdemos.